La Parroquia Nuestra Señora de La Asunción de Los Andes fue víctima de otro robo, pero esta vez afectando a uno de sus elementos más emblemáticos. Desde ambas campanas, ubicadas en el frontis del recinto, fueron sustraídos dos badajos de metal de aproximadamente 5 kilos cada uno, afectando completamente el funcionamiento de estas piezas, las que tienen un profundo valor histórico para la parroquia y la comunidad. Estas campanas, datan de mayo de 1896, representando un patrimonio significativo que ha sido parte importante de la vida religiosa de Los Andes por más de un siglo. Es así, como este incidente, se suma a una serie de robos que ha afectado a la parroquia en diversas ocasiones durante el trascurso del año, incluyendo hurtos en el comedor de la institución. La comunidad y trabajadores de la parroquia lamentan esta situación, puesto que solo se dedican a entregar ayuda a quienes más lo necesitan. Si bien, la parroquia cuenta con sistema de seguridad, señalan que este deberá ser complementado con cámaras prontamente, para así evitar este tipo de situaciones que finalmente podrían repercutir en el cierre definitivo del comedor solidario que allí se encuentra. Por su parte la iglesia espera que estos elementos puedan ser devueltos y hacen un llamado a la comunidad a estar atentos y reporten cualquier intento de comercialización de los badajos sustraídos.
La Parroquia Nuestra Señora de La Asunción de Los Andes fue víctima de otro robo, pero esta vez afectando a uno de sus elementos más emblemáticos. Desde ambas campanas, ubicadas en el frontis del recinto, fueron sustraídos dos badajos de metal de aproximadamente 5 kilos cada uno, afectando completamente el funcionamiento de estas piezas, las que tienen un profundo valor histórico para la parroquia y la comunidad. Estas campanas, datan de mayo de 1896, representando un patrimonio significativo que ha sido parte importante de la vida religiosa de Los Andes por más de un siglo. Es así, como este incidente, se suma a una serie de robos que ha afectado a la parroquia en diversas ocasiones durante el trascurso del año, incluyendo hurtos en el comedor de la institución. La comunidad y trabajadores de la parroquia lamentan esta situación, puesto que solo se dedican a entregar ayuda a quienes más lo necesitan. Si bien, la parroquia cuenta con sistema de seguridad, señalan que este deberá ser complementado con cámaras prontamente, para así evitar este tipo de situaciones que finalmente podrían repercutir en el cierre definitivo del comedor solidario que allí se encuentra. Por su parte la iglesia espera que estos elementos puedan ser devueltos y hacen un llamado a la comunidad a estar atentos y reporten cualquier intento de comercialización de los badajos sustraídos.